viernes, 30 de julio de 2010

Te Quiero Más

Lo que escribió Aimée (Parte I)

  Su casa estaba al lado de la mía por lo que hoy, al igual que lo hacíamos desde el día en que nos conocimos, caminábamos juntos desde el colegio aunque esta vez era distinto ya que iba callado y parecía tener algo que decir. Observé sus facciones tensas y sus manos en sus bolsillos, todo parecía indicar que estaba nervioso y eso me ponía a mí nerviosa.
  Hice un “flashback” a nuestro primer encuentro, ese primer día de clases hace seis años ya, cuando me dijo si necesitaba algo porque parecía bastante perdida haciendo que me pusiera colorada y le pidiera direcciones para llegar a mi casa; finalmente caminamos juntos y desde ese día se convirtió en un muy buen amigo.

- Bueno -suspiré tratando de romper el silencio- ¿Qué tal hoy?
- Bastante aburrido -se encogió de hombros- ¿Tu examen?
- Fácil se tra...
- Inglés siempre es fácil para vos -interrumpió y me dio un pequeño empujoncito.
- Tonto -le saqué la lengua.
- ¡Retirá lo dicho! –amenazó.
- ¿O qué? -lo miré seria.
- Te voy a...
-¡Vas a tener que alcanzarme primero!

  Comencé a correr desviándome de nuestro camino, corriendo a la plaza que estaba a cuadra y media de dónde estábamos ahora. Me cansé rápido y pronto sentí sus pasos más cerca por lo que aceleré el paso aunque no sirvió de nada porque a los dos metros estaba tomándome por la cintura desde atrás haciendo que ambos caigamos en el pasto de la plaza mientras él me mataba a cosquillas.
  Rogaba entre risas que parara aunque realmente no quería que lo hiciera, no quería que se separara. En el fondo no quería que parara. A pesar de las risas logré sentarme encima de él que estaba acostado boca arriba y le hice cosquillas yo, me dio demasiada gracia el verlo retorcerse a causa de la risa.

- ¡Aimée pará por favor! –rogó.
- No -dije riéndome.
- ¿No? -se puso algo mas serio e hizo la suficiente fuerza como para volver a quedar sobre mí- ¿Quién gana ahora?
- Por favor -reí- ¡En serio pará!
- Rendite
- Nunca
- Entonces no -continuó con las cosquillas pero mas intensas
- ¡Me rindo, me rindo! - grité
- Así me gusta - gonrió

  Se puso de rodillas y se paró, luego estiró sus brazos para que me tomara de sus manos para ayudar a que me parara. Una vez parados los dos nos quedamos en silencio, mis manos en las suyas mientras nos mirábamos a los ojos.
  Otra vez volvió a tensionarse el ambiente y sentí como si le costar respirar.

- ¿Pasa algo? -pregunté mordiéndome el labio
- Es que... - soltó mis manos y se separó sacudiendo la cabeza- No pasa nada
- No decime -le pedí- Sabés que te puedo ayudar
- No sé -miró para abajo- Es que me da algo de vergüenza
- Mirá nos sentamos por allá -señalé el banco- Y me contás ¿dale?
- Está bien -me respondió mientras yo lo llevaba hacia allá

  Se sentó tenso, se notaba que le costaba decir lo que iba a contarme pero ya estaba muriendo de la intriga. Necesito saber que es que pasa por su cabeza, necesito saber qué es lo que le pasa. No puedo evitar preocuparme el verlo así ya que lo quiero muchísimo, muchísimo más de lo que debería porque somos amigos y los amigos no son otra cosa mas que amigos. Como desearía que fuéramos mas que amigos.

- Me gusta una chica -soltó
Sentí un crack en mi corazón como si se acaba de romper
- ¿La conozco? -hice como si nada
- Si, la conocés
Crack, crack. Volvió a romperse
- ¿Eso era?
- Si
- Pero no entiendo -sacudí la cabeza- ¿Qué tiene eso de malo?
- Es que ella no me quiere de ese modo
- Ninguna chica podría no quererte de ese modo -afirmé con orgullo- Sos demasiado genial
- Pero ella no me quiere -negó- ¿A vos te gusta alguien? -trató de dejar de hablar de él
- Si pero a mí en serio no me quiere de ese modo -le contesté triste y esperé unos segundos - ¿Vas a hablar con ella?
- Ya lo hice y me dijo que le gusta otro chico
- ¿¡Cuándo le dijiste!? -exclamé
- Acabo de hacerlo - me miró a los ojos con una sonrisa pero yo no pude reaccionar - ¿Ves? Esto me daba miedo. Espero que esto no arruine nuestra amistad porque podemos seguir siendo amigos si...

  Tomé mi cara entre sus manos y aplasté mis labios en los suyos mientras las mariposas revoloteaban en mi estómago haciendo que me sintiera rara pero, a pesar de rara, era hermosa que hizo que ambos nos relajáramos; mis manos pasaron a estar en entrelazadas en su nuca mientras él ahora guiaba el beso y tenía sus manos en mi espalda.
  Se separó despacio, dándome pequeños besitos en las comisuras de los labios, mejilla y cuello, con una sonrisa que se estiraba por toda su cara. Después pasó su mano por mi cachete acomodándome el pelo atrás de la oreja y no pude evitar ruborizarme.

- Aimée -esperó unos segundos- Te quiero -confesó- Te quiero y mucho
- Manuel - reí - Te quiero más- Sentí como me besaba detrás de la oreja
- No me discutas -estaba serio - Yo te quiero más

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