jueves, 29 de julio de 2010

Carta al Tiempo

Querido Tiempo:
  Jamás pensé que estaría en este momento escribiéndote esta carta pero considero de suma importancia escribirte estas líneas por más que muchas personas vayan a encontrar este acto como una locura.
  Tratando de comenzar un poquito con el tema quiero comunicarte, en primera medida, que ya no le tengo tanto miedo a tu paso. Hasta hace unos meses quería que pararas tu marcha para que yo pudiera comprender todas aquellas situaciones por las que estoy pasando pero ahora simplemente quiero que fluyas con todo tu esplendor como lo hiciste los pasados siete meses acercándome cada vez mas a mi futuro.
  He de admitir que me enseñaste a seguir adelante por más que estuviera completamente asustada y confundida, eso me fortaleció para que yo sea capaz de decidir sobre lo que quiero y ahora estoy ansiosa porque llegue el momento donde alcance las cosas que mas anhelo.
  En segunda medida, quiero agradecerte por haber curado mil y un veces mi corazón malherido además de mostrarme que puedo seguir adelante a pesar de que hay dolores que nunca cesan.
Es increíble como este órgano funciona como si tuviera vida propia y no quiere acoplarse a mi cabeza cada vez que esta dice “otra vez no”. Infinidad de veces he tratado de que esta cosita latiente no sienta por nadie ¡hasta le creé una pared alrededor que no le permita reaccionar ante una muestra de cariño! Pero fracasé, para bien o para mal, es testarudo y no está en sus planes dejar de sentir.
  En tercer lugar quiero darte un último agradecimiento ya que sino fuera por tu correr jamás tendría todos esos momentos guardados en mi memoria que yo llamo recuerdos, si bien no todos son bellos de todos he aprendido cosas distintas por lo que te digo gracias por las cosas que he vivido.
  Gracias por hacerme madurar y así entender que crecer no es tan terrorífico como pensaba.


Pilar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario